Maruchi&Vicente. CHIxVIC

La tarde va cayendo poco a poco, el sol se va poniendo a la espalda de los  fotógrafos, las nubes se mueven lentamente en el cielo, el agua sigue en calma, casi tan quieta como las piedras que parecen mirarse en ella. Los colores que aparecen ante la cámara, parecen trasladarnos a un mundo distinto al que pisábamos hace tan solo unos instantes. Un mundo casi irreal y efímero, que dura solo hasta que la oscuridad absoluta lo envuelve y lo hace desaparecer. Habrá que esperar para poder volver a ese mundo. Para ver nuestras fotos visita  chixvic.com

Entre los fotógrafos y el paisaje que contemplan, la naturaleza ha colocado un espejo.  Una enorme laguna en calma, sobre la que las enormes piedras que la rodean, parecen mirarse. Ahora las piedras y su reflejo son una sola figura ante nuestros ojos. Piedras aisladas en medio del agua Arboles que parecen haberse despegado de la orilla para navegar Paisajes más amplios Cuando la tarde cae, los cambios de luz hacen que en las fotografías intervenga un nuevo elemento, el color, pero eso será tema de nuestra siguiente entrada. Para ver nuestras fotos visita  chixvic.com

Una vez más hemos tomado como sujetos de nuestras fotografías a los flamencos, pero esta vez, hemos querido darle a la serie un enfoque diferente. Simplemente jugando con el balance de blancos de la cámara hemos querido acentuar los colores dorados de las últimas luces del día, cuando el sol ya va acercándose al horizonte. El agua sobre la que se mueven las estilizadas figuras de estas aves, parecen transformarse en otro líquido, quizás recordando el oro. Y, qué es el agua en la naturaleza sino algo tan valioso como ese metal precioso. A lo mejor estas fotografías nos sirven para recordarnos lo necesaria que es y lo poco que la cuidamos. Para ver nuestras fotos visita  chixvic.com

Si hay unos insectos que para nosotros caracterizan el verano son las libélulas. Por eso no queríamos que esta estación se nos fuera sin dedicarles un rato, así que cogimos el macro y al campo. El día que elegimos no fue el mejor, porque el viento era demasiado fuerte, pero aún así obtuvimos algún resultado que nos ha gustado. El procedimiento fue muy sencillo, elegir una ramita seca sobre la que ves un ejemplar, montar la cámara sobre el trípode, sin acercarte demasiado para no molestarlo, y armarte de paciencia hasta que el bichito vuelva a posarse, cada vez que sale volando. Enfoque manual y luz natural y a aguantar los envites del viento como bien se pueda. De todas formas, tendremos que dedicar otro día a estos insectos para trabajar fotos más preparadas. Para ver nuestras fotos visita  chixvic.com

Volvemos a la Dehesa de Abajo un mes después de nuestra última visita.  El paisaje ha cambiado, el efecto del verano se hace notar y el nivel de agua ha bajado considerablemente. Aun así todavía hay mucha agua y el número de aves es altísimo. Nada más llegar nos encontramos con un grupo de flamencos caminando entre las aguas apaciblemente, por lo que la tarde se la vamos a dedicar a ellos. Da gusto verlos alzar el vuelo. El sol va bajando por momentos, por lo que decidimos realizar una serie de fotografías de contraluz de las aves que pueblan el agua. De repente, cuando menos lo esperamos, en la otra orilla, se levantan cientos de aves a la vez, lo que nos proporciona imágenes de gran belleza. Ya solo nos queda terminar la jornada, saludando a algún pequeño amigo  y despidiendo a otro un poco más grande. Para ver nuestras fotos visita  chixvic.com