BEBEDERO DE REFLEJOS. HIDE LAS ZORRERAS (I)
UN SUEÑO
Llegar hasta aquí no ha sido fácil.
Hasta la imagen que veis han sido muchas horas dándole
vueltas, preguntas a compañeros fotógrafos, multitud de búsquedas de
información en internet, etc.
Por eso queremos recopilar en este artículo nuestra
experiencia en la construcción de un bebedero para aves, en el que realizar
fotografías de reflejos, para así ayudar, en la medida de lo posible, a los
compañeros que estéis interesados en construir uno propio.
Hay una situación que seguro muchos habréis vivido, cuando
te inicias en la fotografía de naturaleza y no tienes a nadie a tu alrededor
que te pueda orientar, es lento entender y comprender ciertas cosas, pero con
el tiempo, estudio, búsquedas, preparación y dedicación, al final se encuentra
el porqué a nuestras interrogantes.
Cuando ves fotografías de aves, te quedas pensando, ¿cómo
han podido acercarse tanto y yo me quedo tan lejos? Entonces descubres la
palabra HIDE, y comprendes que detrás de esas imágenes hay un gran trabajo de
preparación.
Tras visitar alguno de los hide de pago que existen en
España, nos decidimos a dar un paso más en nuestra modesta aventura como
fotógrafos de naturaleza, construir un comedero.
Ni cortos ni perezosos, decidimos pedir consejo al gran
fotógrafo de naturaleza Ramón Navarro, que, de repente, nos propuso ir un paso
más allá y construir un bebedero de reflejos.
Y así empezó todo …
UN PROYECTO
Antes de lanzarnos a la construcción del bebedero de
reflejos, montamos el comedero que teníamos pensado, con un hide fijo.
El invento funcionó muy bien y pasamos un invierno
disfrutando de la naturaleza, observando y fotografiando las distintas especies
que visitaban el comedero. Todo ello en días a -3º centígrados y los pies
metidos en un barrizal.
Espoleados por el éxito del comedero nos lanzamos a seguir
el consejo recibido, así que tomamos lápiz y papel.
Para construir un bebedero, lo primero es tener un terreno
disponible, contando con el permiso de los dueños del mismo, si va a ser una
construcción quizás os haga falta la licencia de obra (como fue nuestro caso) y
los permisos fotográficos que os pidan las administraciones del lugar.
Una vez tenemos el terreno, debemos buscar el sitio exacto
en el que colocarlo, atendiendo a la orientación, preferiblemente al norte,
para que permita aprovechar la luz del sol durante más tiempo.
La existencia de un árbol de buen tamaño proporcionará
sombra y refugio a las aves.
Otro aspecto a tener en cuenta es que no tenga un fondo
demasiado cercano, para que la estética de la fotografía sea de nuestro agrado,
aunque esto se puede subsanar recurriendo a fondos artificiales.
La segunda decisión importante es la elección de los
materiales para la construcción, en nuestro caso nos decidimos por bloques de
termoarcilla.
Nuestra construcción consta de dos partes, un bebedero de
2,5 x 5 metros con una profundidad de 20cms y una caseta de 2 x 2,5 metros.
Decidimos hacer un hide amplio, en el que estar cómodos y
poder pasar varias horas observando y fotografiando a las aves, aquí influye el
gusto de cada uno.
Aunque pueda parecer grande, las aves no recelan en absoluto
de él, debido a que se encuentra en una zona de fincas y cultivos en el que hay
más construcciones agrícolas y ganaderas, por lo que están acostumbradas.
Además, su tamaño nos permite tener en su interior una
estantería en la que colocar nuestras cosas, así como la comida para nuestros
“amigos”.
Para evitar ruidos cubrimos el suelo con césped artificial,
(del más barato que encontréis) aunque también se pueden usar alfombras viejas.
El hide sólo tiene una puerta de acceso, por lo que
colocamos varios respiraderos para la ventilación.
Prolongamos el tejado del hide en un voladizo, para evitar
salpicaduras en el cristal los días de lluvia y proporcionarle sombra.
Y hablemos ahora del elemento más importante del hide, el
cristal espía, ya que de él depende el éxito de la construcción, un mal cristal
puede arruinar todo el trabajo hecho.
En nuestro caso elegimos un cristal reflectasol de 5mm sin
color. La búsqueda del cristal fue muy complicada porque casi todo el que se
encuentra en el mercado es color bronce, que queda muy estético, pero que no va
muy bien para nuestro gusto fotográfico. Este que tenemos tiene muy poca
dominante, muy fácilmente corregida con la temperatura de color de la cámara.
El otro aspecto a estudiar a la hora de la elección del
cristal es la luz que resta, el nuestro quita poco más de un diafragma, algo
totalmente superable por los equipos fotográficos actuales.
El tamaño del cristal es de 2 metros de largo por 40 cms de
alto, lo suficientemente grande para colocar los trípodes en distintas
posiciones y tener un buen campo de visión.
La altura a la que está colocado es de 95 cm del suelo, eso
permite estar cómodamente sentado y tener la cámara al nivel de los ojos.
Un problema al que os enfrentaréis en los días de intenso
frío es el del empañamiento del cristal por la diferencia de temperatura entre
el exterior y el interior, esto puede ser fácilmente resuelto con un par de
ventiladores conectados a una batería portátil mediante un cable USB.
Hay que tener mucho cuidado con las colisiones de las aves,
ya que estas vendrán volando y pueden chocar. Nosotros hasta ahora hemos tenido
suerte y no se ha producido ninguna de importancia.
Cuando no estamos, dejamos un protector con una parte más
brillante (aunque no tanto como el cristal) hacia fuera para que se acostumbren
al brillo y no recelen cuando el protector no está, por lo que evita
colisiones.
A la estructura le añadimos un depósito para recoger agua de
lluvia, que después es utilizada para rellenar el bebedero. Un depósito
reciclado de los que se usan para el aceite en las fincas. Se puede encontrar
en internet a bajo precio.
Vamos ahora al otro lado del cristal, el bebedero.
El bebedero es una plancha elevada de hormigón con mallazo,
recubierta de cemento hidrófugo e impermeabilizada con pintura de piscina y de
caucho.
Como hemos comentado mide 2,5 metros de ancho, un poco más
que el cristal.
De largo mide 5 metros, así se pueden poner posaderos a
distintas distancias, aprovechando así varias ópticas, (teleobjetivo largo o
corto).
No tiene que ser muy profundo, lo que evita el consumo
excesivo de agua, pero sí lo bastante para que las aves solo puedan bañarse en
las plataformas que les coloquemos nosotros.
Para que el agua no se nos ponga demasiado verde por estar
estancada, usamos unas pequeñas fuentes solares que la mueven, se encuentran a
bajo precio en internet.
La superficie del agua debe estar lo más próxima al inicio
del cristal, para así poder poner la cámara lo más alineada con ella y hacer
fotografías de reflejos.
Los bordes laterales deben ser más altos para evitar que las
aves puedan beber desde ellos.
Para que beban y se bañen debemos colocar plataformas y
posaderos, teniendo la precaución de dejarlas a distintas alturas por si el
nivel del agua baja a causa de la evaporación.
El borde opuesto al cristal, la línea de rebosadero, está al
nivel del agua, para que aquí, sí puedan beber, y nosotros hacer las
fotografías deseadas.
Una rampa colocada al final ayudará a que otras especies que
vivan por la zona puedan acceder al agua, no olvidemos nunca que esta
construcción cumple dos funciones, una la de permitirnos hacer fotografías de
aves, y otra, incluso más importante, la de servir de refugio a las especies
que viven o visitan la finca, proporcionándoles agua. Si la zona es muy seca,
como es nuestro caso, el beneficio sobre la fauna es muy elevado.
Ojo al color de la pintura que escojáis, no os pase como a
nosotros, que lo pintamos primero de azul, y nos quedó muy bonito, la verdad,
pero la luz reflejada teñía de un azul horrible a las aves.
Así que le dimos otra capa de pintura, de color más neutro,
aplicándola con una malla para evitar grietas por dilatación, en cualquier
tienda de pintura la podéis encontrar (de la que se usa para impermeabilizar
azoteas)
Como el bebedero se encuentra en una finca sin agua
corriente el llenado lo realizamos con una motobomba, si disponéis de agua
corriente lo ideal es colocar el grifo de llenado dentro del hide por si tenéis
que rellenar en algún momento.
Toda la estructura la pintamos de un color que no destaca en
el entorno, para que pase lo más desapercibida posible.
Una vez la construcción está terminada, sólo queda llenarla
de agua y empezar a disfrutar.
Pero eso será objeto de una próxima entrada si quieres leerla pulsa aquí.
Maruchi y Vicente
Si queréis ver más fotografías nuestras visitad nuestra web chixvic.com
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